Hace unos días, en nuestro colegio, nos visitó Fernando, amigo de Sergio (papá de Alejandro).
Fernando, en sus ratos libres, tiene como hobby ser caballero medieval.
Nos enseñó las diferentes partes de su armadura, sus armas, cómo luchaban en los combates y cómo en una época muy lejana se llegaba a ser un "buen caballero".
Todos pudimos tocar la armadura, ¡Cuánto pesaba! ¡Qué calor daba! y hasta nos pusimos su yelmo, sus guantes y su coraza. ¡Qué suerte la nuestra!
Creo que, si todavía existiese hoy la profesión de caballero, muchos de nuestros chicos y chicas de 5 años, viendo a Fernando y viendo lo que nos contó... serían unos BUENOS CABALLEROS.
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